domingo, 12 de enero de 2014

Miguelanxo Prado

Si hablamos sobre el mundo del cómic europeo, nuestro autor de hoy es un peso pesado que no necesitaría presentación ninguna. Hablamos de Miguelanxo Prado, conocidísimo dentro del mundo del cómic y la ilustración por trabajos tan llamativos y exquisitos como Trazo de Tiza o Ardalén.
Nació en A Coruña, en el año 1958 y fue en la época en la que se encontraba realizando sus estudios superiores de arquitectura cuando Miguelanxo se empieza a interesar por el noveno arte, el mundo de la historieta ilustrada.
Fue en 1979 cuando, habiendo terminado sus estudios superiores y con la colaboración de Xan Lopez Dominguez y Fran Jaraba deciden iniciar desde cero su vida como artistas, en el intento de crear una revista gallega de cómic, que recibiría el nombre de Xofre y que lamentablemente solo se publicaría un único número. Tras el fracaso que asesta con Xofre, Miguelanxo encuentra posteriormente trabajo colaborando con distintos estudios de arquitectura hasta 1982, año en el que nuestro autor decide empezar su carrera profesional transladándose a Barcelona, ciudad capital del tráfico de revistas de la ilustración y que posee el Salón del cómic de Barcelona, unos de los salones más conocidos tanto dentro como fuera de nuestro país.
Miguelanxo logra publicar en el fanzine barcelonés Zero sus primeros trabajos en historietas cortas, junto con otros conocidísimos autores de su misma época como Jose Maria Beroy, Pascual Ferry o Mike Ratera. Poco a poco empezaron a reconocerle, publicando posteriormente en las mejores revistas de la época como Creepy o Comix Internacional.
Es en 1984 cuando Miguelanxo recopilando doce historietas crea Fragmentos de la enciclopedia délfica, siendo este trabajo la chispa que prenda la llama en la carrera de Miguelanxo, publicando seguidamente Stratos(1987) Quotidiana delirante 1(1998), Manuel Montano. El manantial de la noche(1989), Crónicas incongruentes(1990), Quotidiana delirante 2,(1990), Paxinas crepusculares(1993), Trazo de tiza(1993),Tangencias(1996) y Quotidiana delirante 3(1996). Fue por esta época, la década de los 90, cuando Miguelanxo trabajó en el diseño de personajes animados para la televisión gallega, en el programa Xabarin Club. A finales de esta década, en 1998, se hace director del salón del cómic Viñetas desde el Atlantico en la ciudad de La Coruña, un festival de historieta que se celebra cada año durante dos semanas en el mes de Agosto. 
Podemos ver en Ardalén, su ultimo trabajo publicado en 2012, el estilo único que define los dibujos de Miguelanxo, con una linea muy limpia y un trabajo realizado en una mezcla de acrílico y trazos de lápiz a graso que lo hacen inconfundible.
Otra característica que define el estilo de Miguelanxo, aparece en algunas de las que para mí son sus mejores obras como Ardalén, Trazo de tiza o De profundis, en las cuales podemos encontrar tanto dibujos y argumentos en los que la vida del mar es la columna vertebral de la obra. Si nos vamos a Ardalen, en sus ultimas páginas podemos encontrar la respuesta al interés de Miguelanxo por la vida marítima que a continuación cito textualmente.
                   
                           "A principios de los años dos mi comencé una serie de cuadros que, partiendo de ambientes de bebedores nocturnos, fueron poblándose de peces y otras criaturas marinas, para terminar componiendo un universo submarino y fantástico. Algunos de los cuadros de aquella época se relacionaban tangencialmente con esta temática, como el del barco de pasaje encallado en las cumbres de las montañas, rodeado de gaviotas.
Mi fascinación por las paradojas me lleva de vez en cuando a imágenes como esta, o como la del naufrago que jamas en su vida abandonó tierra firme, objeto de un poema escrito más o menos por las mismas fechas.
Estaba conformándose, sin yo ser consciente, un humus denso del que irían brotando un puñado de obras con nutrientes y componentes compartidos.
Así, el poema del naufrago terminó por inducirme a imaginar su historia completa, y acabó entretejiéndose con otro poema de aquellos años, en el que hablaba de ballenas que habitan el interior del bosque de eucaliptos que hay detrás de mi casa y que en los días de temporal cantan con voces lastimeras.
Casi simultáneamente fue tomando cuerpo la historia que daba continuidad a los cuadros oceánicos y que termino siendo la del pintor que los había creado, que, en un ejercicio de enajenación parcial, resulto que no era yo.
Como ambos proyectos no podían ser desarrollados simultáneamente, tuve que aplazar uno de ellos. Por razones de oportunidad, aunque la narración del naufrago ya que estaba escrita, fue la del pintor la primera en materializarse: De profundis, primero como película de pintura animada y después como texto ilustrado.
La historia del náufrago, es obvio, es esta que el lector acaba de finalizar.


Lo último que queda por decir es que la editorial Norma ha creado una fantástica colección de quince números sobre este autor que no os podéis perder.

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